La obesidad y el sobrepeso pueden ser la causa de los molestos ronquidos

05/08/2017 22:44:29Una de las consecuencias del exceso de peso son los ronquidos, los que pueden ser un síntoma de las apneas. Hay varias recomendaciones alimenticias para dormir mejor. Según un informe de la Organización Panamericana de la Salud, Chile lidera la tasa de sobrepeso en América Latina llegando a un 63% de la población adulta que posee tal condición. Una de las consecuencias más desconocidas dicha condición, que se suma a las complicaciones físicas propias, es que contribuye a aumentar los ronquidos. "Sin duda que tener sobrepeso u obesidad contribuye a una mayor tasa de ronquidos u otros trastornos del sueño", dijo Dominique Jury, nutricionista de clínica Somno. El neurólogo de Somno, Pablo Guzmán dijo además que "los pacientes con sobrepeso tienen un riesgo mayor de tener ronquidos y apneas, esto implica que la grasa cervical y de la zona perifaringea aumente y disminuya el espacio en esta zona, aumentando con esto la posibilidad de que se produzca ronquidos o que derechamente esto se obstruya y se produzcan apneas". Sobre estas últimas, el especialista indicó que "se asocian a disminución de la oxigenación cerebral y cardiaca, aumento del riesgo de arritmias con muerte súbita, aumento del riesgo de infartos cardiacos y cerebrales". "Los ronquidos pueden disminuir o incluso desaparecer sólo con normalizar el peso, sin embargo, en muchos pacientes esto puede no ser suficiente, dado que el ronquido también tiene otras causas como alteraciones de anotomía del rostro y nariz. Por esto, es necesario que quien ronca sea evaluado por un especialista, idealmente con un estudio llamado polisomnografía", dijo Guzmán. La nutricionista Dominique Jury, dijo que hay ciertos hábitos alimenticios que pueden contribuir con un mejor dormir, entre ellos, tomar siempre desayuno el que idealmente posea siempre una porción de fruta; una colación de media mañana que puede ser fruta o frutos secos. Además que el almuerzo contenga abundantes verduras principalmente verdes, carbohidratos integrales y una porción de proteína; además, consumir una merienda por la tarde como un lácteo bajo en grasa y, una cena que sea más liviana que el almuerzo. También se aconseja que la última comida se realice al menos dos horas antes de ir a la cama.