02/04/2016 11:00:54Reportaje de Revista el Sábado recorre los pasajes más oscuros de la vida de este humorista que asegura que aún no ha fracasado a nivel profesional"Cuando comenzaron las pifias me fui a negro, pero a negro, tenía la cabeza a mil. Mi asistente nunca me dejó de soplar el libreto. Él me decía algo y yo decía otra cosa. Divagué por la rutina. Adelanté algunas cosas. Desordené todo. Si cuando retomaba el hilo no pasaba nada. Sentía que tenía que ir a lo más pegador, pero me perdí". Así recuerda el humorista Ricardo Meruane el publicitado fracaso que tuvo con su última presentación en el Festival de Viña del Mar. Entrevistado por la Revista el Sábado, el autor de la frase "Apaga la Luz" comentó los pasajes más oscuros de esa jornada y también de su vida. Esas tres palabras quedaron en la memoria de la gente, y Meruane explica cómo se originó. "Tengo chispazos de lo que pasaba, estaba muy nervioso. La luz en la galería se prendió una sola vez y por eso dije 'apaga la luz, loco'. Pero después repetí varias veces la frase cuando la luz estaba apagada. Quería agarrar pal hue ... a la gente con eso. ¿No me querían huevear? Todo empezó irse a la cresta" explica. Según el artículo de la Revista el Sábado, lo que vivió Meruane en Viña fue una crisis de pánico, representada en su saliva blanca en las comisuras de su boca y su rostro duro y serio. Así lo veía el humorista Palta Meléndez, quien ya lo había observado en ese estado en otros escenarios, haciendo arcadas o corriendo al baño antes de un show. Ricardo Meruane cuenta que "cuando pasó eso intenté seguir adelante, quería terminar la rutina como fuera, quería revertir la situación. Después tuve un deja vú. Me acordé del 2011. Y ahí me quedé pegado. Pero después vino lo de la gaviota. Empezaron a pedir de Plata, de Oro. Quedé sorprendido tratando de descifrar lo que pasaba". El artista agrega con pesar que "a esas alturas de las pifias, ya entendía que se estaban burlando de mí. Como que pasé de narrador, de contador de chistes, a ser el protagonista de uno". Consultado por los 20 millones que le pagaron, de los cuales fueron 7 a una deuda de pensión alimenticia, y si era un riesgo enfrentar las pifias, Meruane responde "No, porque uno está con lo suyo, convencido de que es bueno, y porque ha resultado. Pero como yo enfrento esta pega, al final mirándo con profundidad lo que pasó, parece que estoy hecho para eso. Hecho para el fracaso, para caerme y volverme a parar". El reportaje aborda el momento de éxito de Meruane en la década de los ochenta, donde la cocaína abundaba al fin de las presentaciones, sobre lo cual el humorista comenta que "No digo que soy un santo, ahora de vez en cuando me fumo un pito. Pero sí, tuve miedo que me agarrara la coca en algún momento". Al mismo tiempo, el artista recuerda sus episodios de violencia intrafamiliar con su primera mujer. "Estaba en una vorágine. No me portaba bien en el matrimonio y ella tampoco conmigo. Las peleas eran terribles en esta casa. Nos golpeábamos mutuamente. Fue una desgracia haber conocido a esa mujer. Me hizo la vida imposible siempre. Ella no trabajaba. No hacía nmada. ¿cuántas veces me fui con la ropa húmeda en la maleta a Miami, cuando tenía que ir a Sábado Gigante, lo hacía intencional" relata. El articulo cita las varias veces que Meruane ha estado en la cárcel. En 1996 fue sorprendido por el OS7 con seis plantas y 40 gramos de marihuana en su casa por lo que llegó al penal de Puente Alto. En 2000 estuvo cuatro periodos de 15 días en Capuchinos por no pago de pensión alimenticia. En 2004 estuvo cuatro días en la Penitenciaría por negarse a pagar 55 millones de pensión alimenticia que le exigía su mujer, deuda que para el 2011 llegaba a 128 millones. Meruane dice que no ve a su hija, que es un calco de su madre. "Solo me entero de ella a través de las demandas. Ellas dos me quieren destruir, quieren verme destruido economicamente, emocionalmente" asegura el artista. En julio de 2015 Meruane quiso reinventarse y estrenó su show "Lucrania, el deber nos llama" en el teatro Coca Cola City, donde solo llegaron 13 personas, entre ellas un par de familiares. Ese show fue la base de la rutina de Viña 2016. Consultado por los Stand Up de hoy dice "son la siutiquería máxima" y reflexiona sobre los artistas que en la actualidad buscan provocar risas al público: "Quizás no es la gente que tiene que se tiene que acomodar a mi humor y soy yo el que tiene que acomodarse, darle la vuelta. No creo que esté fuera de época, porque estoy todos los días dándole".
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