08/05/2016 9:45:00El presidente de la comisión investigadora del fraude en el Ejército - fondos de la Ley Reservada del Cobre- las propiedades de Fuente-Alba alcanzan un valor comercial cercano a los $900 millones. El 28 de abril el general (R) Juan Miguel Fuente-Alba llegó a las oficinas una empresa de comunicación estratégica y de lobby del ex ministro Enrique Correa, justo después que apareciera en The Clinic un artículo que explicaba la investigación que llevaba adelante la Fiscalía Centro Norte sobre el origen de su patrimonio. Según el diputado DC Jaime Pilowsky, presidente de la comisión investigadora del fraude en el Ejército relacionado a los fondos de la Ley Reservada del Cobre, las propiedades del ex comandante en jefe alcanzan un valor comercial cercano a los $900 millones. Como consigna La Tercera, una de las prioridades de Fuente - Alba cuando supo de las acusaciones fue conseguir copia del cheque y la boleta de depósito del banco Security - por $ 14 millones - para acreditar el pago que le hizo su hijo Fernando para dar el pie para comprar un departamento en 2011. Esto, con el fin de desmentir la acusación que se hizo respecto a que la operación era un venta simulada. Según lo que el general ha dicho en su círculo éstas no son operaciones de compraventa simuladas, sólo ayudó a sus hijos en la compra que después fuero pagadas por ellos. En ese mismo año comenzaron a circular una de las cartas anónimas en internet, las que custionaban por primera vez el patrimonio del ex comandante en jefe. En el documento, se detallaban las propiedades, vehículos y acciones que tenía el general. Como parte de los antecedentes en el marco de la investigación por fraude al interior del Ejército de fondos de la Ley Reservada del Cobre, señalaban que éstos habían sido perpetrados entre 2010 -2014, periodo en que la institución estuvo bajo el mando del general Fuente-Alba. Ayer en una publicación de La Tercera el ex militar aseguró que no tiene un patrimonio de $3 mil millones. Negó también que hubiera dineros mal habidos y les aseguró que aclararía la situación, la que sólo no había enlodado su imagen, sino también había afectado a su familia y a la institución. Sus declaraciones se sumaron a las únicas aclaraciones públicas que hizo personalmente: "Categóricamente soy inocente. Jamás he hecho mal uso de los recursos fiscales. Mi patrimonio es fruto de 44 años de servicio, del trabajo de mi familia y lo he obtenido legítimamente". Ya en los últimos días, Fuente-Alba ha estado preparando su defensa con su abogado Alejandro Espinoza, juntando documentos para dar cuenta en detalle de su patrimonio, ingresos y deudas. Según el catastro, en la actualidad el ex militar y su esposa poseen en conjunto seis propiedades. De éstas, cuatro son departamentos en calle Kennedy y Cerro Colorado, en Las Condes, los que están destinados a arriendo. Sólo la parcela y la casa donde vive actualmente en Las Brisas de Chicureo, tienen un valor comercial cercano a los $480 millones. A sus cercanos, Fuente-Alba les reconoce el interés con que hace años "sigue día a día las condiciones del mercado hipotecario". A lo largo de su carrera como militar, estuvo destinado 11 años en comisión de servicio en el extranjero, como asesor en El Salvador y agregado militar en Argentina y Estados Unidos, lo que le habría permitido ahorrar una suma considerable. Durante su paso por Estados Unidos ganaba al año un sueldo de US$ 260 mil y casi no tenía gastos. Los agregados militares viven en casas pagadas por el Estado, tienen auto y chofer asignado, hasta el personal de servicio del hogar es pagado por el Ejército, según un ex agregado militar chileno que también se desempeñó en Washington. Al patrimonio -afirman los cercanos al general (R)- también aportó su esposa, Anita María Pinochet Ribbeck. Aunque ella sólo ha trabajado de manera esporádica, antes de cumplir los 25 años de edad, la mujer había recibido de herencia una casa en Ñuñoa y acciones del Banco de Chile y de General Electric de Chile. Según la página de la SVS, hasta el año 2011, la esposa de Fuente-Alba tenía de esta última empresa cerca de 3.200 acciones. Era la época en la que Fuente-Alba no entraba aún en el juego de comprar y vender automóviles de lujo. Siempre fue aficionado a los autos, dicen ex militares en retiro que trabajaron con él. Solía hablar de cilindradas, caballos de fuerza y equipamiento de los vehículos como un gran conocedor, pero hasta el año 2002, cuando fue ascendido a general de brigada, tenía un Mazda de varios años de antigüedad. Fue a partir de 2005 que comenzó a comprar y vender autos de lujo. Alejado por completo de las actividades castrenses desde que dejó la comandancia en jefe, en marzo de 2014, Fuente-Alba vive desde entonces de su jubilación, la que asciende a más de dos millones de pesos, y de la renta de sus departamentos, y dedicado en los últimos días a preparar su defensa judicial.
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