lunes, 1 de agosto de 2016

Los alimentos chilenos que se hacen a partir de plantas se comenzarán a vender desde octubre

Los alimentos chilenos que se hacen a partir de plantas se comenzarán a vender desde octubre

01/08/2016 10:37:00Meses atrás, Not Company fue noticia cuando le contó al mundo cómo, a partir de un modelo computacional, podía replicar diversos alimentos de origen animal como la leche, el queso o el chocolate, combinando tan sólo plantas. Hoy, la empresa apuesta a generar un cambio en la conducta alimenticia de los chilenos, posicionándose en las góndolas de todo el país. "Cambia sin cambiar" es el lema de The not Company, una start-up fundada un año atrás, que combina la biología y la inteligencia artificial para crear una nueva generación de alimentos en base a plantas. El objetivo es desarrollar productos tradicionales y de origen animal como la leche, el yogur, la carne, el queso o la mayonesa, pero mezclando distintos vegetales, frutas, verduras o granos. Esto se logra gracias a una computadora que, por medio de un algoritmo, analiza los alimentos a nivel molecular y sugiere, como si de una receta se tratase, qué plantas se deberían utilizar a f in de replicar el sabor, la textura, el color y el aroma del alimento en cuestión. El ingeniero comercial Matías Muchnick, el profesor y doctor en Ciencias de la Computación Karim Pichara y el biotecnólogo Pablo Zamora, son los tres profesionales chilenos que impulsan The Not Company. Una empresa que busca cambiar la cultura alimenticia de la gente, cuestionando el actual sistema de producción de alimentos por su uso desproporcionado de extensión de tierras, recursos hídricos y animales. Los productos creados por The Not Company son más sustentables en el tiempo, utilizan menos recursos y, por su esencia vegetal, son más saludables que los productos de origen animal. En esta entrevista, Matías Muchnick, uno de los fundadores de The Not Company, explica a Soychile.cl cuáles son los próximos pasos de la empresa y cuál cree que será el futuro de la comida inteligente. En un comienzo iban a lanzar sus productos en enero, luego en julio y finalmente en agosto, ¿qué pasó en el camino que todavía no están a la venta en supermercados?: "Saldremos en agosto pero a través de una tienda online, una plataforma de e-commerce que se encontrará en nuestra web. Y si bien en supermercados podríamos salir el próximo mes, no llegaríamos a todos. Nuestro objetivo es democratizar la comida saludable no sólo en Santiago, y la cantidad de producción que teníamos para agosto no iba a alcanzarnos para la gente de regiones fuera de Santiago, entonces preferimos esperar hasta octubre y acceder así a la mayor cantidad de personas posible. Estaremos en la cadena de Jumbo, donde nos dan muchas facilidades para salir al mercado de una forma disruptiva y con promociones entretenidas. El atraso del lanzamiento responde básicamente a poder dar un mayor acceso, sin que se nos acabe el stock de productos en la sala: que Not Company esté presente en las góndolas del supermercado y la gente nos encuentre fácilmente". ¿A qué tipo de comprador apunta The Not Company?: "Apuntamos a todos, ya que nuestra iniciativa pretende que la gente se alimente mejor sin darse cuenta. No nos dirigimos en particular a los que buscan activamente tener una vida saludable y van al gimnasio muchas veces al día, por decirlo de alguna manera. Esta es una iniciativa que especialmente apunta a la gente que más lo necesita, que no puede pagar extra por un producto mejor. Nuestros productos son, en todo ámbito, mejores que los que se encuentran en el supermercado y aparte tienen el mismo precio". ¿Pero en un comienzo, crees que serán los jóvenes quienes funcionen como embajadores de la marca?: "Sí, absolutamente, por un tema de aceptación. Los jóvenes son quienes, en su mayoría, están dispuestos a innovar en su consumo, son early adopters y están más intrigados por nuevas iniciativas. Pero en términos generales, nuestros productos, a una persona mayor le servirían un montón, ya que no tienen ningún disco pare y son siempre más bajos en sodio, en calorías y en grasa que sus versiones tradicionales". En una presentación que hiciste en Estados Unidos decías que para crear nuevas reglas, hay que entender primero cuál es el problema. ¿Crees que la sociedad chilena es consciente de lo que ocurre con la industria alimentaria?: "De a poco lo va entendiendo, pero no está tan consciente de ello como sí lo está la población norteamericana. En Estados Unidos, el problema de la industria agroalimentaria está mucho más desarrollado a nivel cultural que en nuestro país. Hoy Chile todavía funciona sobre un paradigma de 'es lo que hay', pero la gente es consciente de que el sistema alimentario es poco sustentable y poco transparente. La colusión de precios, la concentración de la industria en pocas marcas hacen que el poder de fijación de precios y de negociación con las cadenas de supermercados esté muy controlado. Chile en particular se encuentra en un status quo hace muchos años. Por eso nosotros somos una iniciativa tan disruptiva, porque venimos a romper ese statu quo y estamos haciendo que el resto de las compañías traten de imitarnos en hacer las cosas mejor. Un ejemplo de ello es que hemos recibido muchísimas solicitudes de otras empresas para hacerles productos a ellos. Nuestra propuesta está siendo bien acogida. Al principio pensamos que íbamos a recibir muchos palos en la rueda, pero fue al revés". Si la comida inteligente sigue prosperando, ¿qué debería hacer el dueño de un campo con vacas o de una lechería? O mismo los gobiernos ¿dónde deberían comenzar a invertir?: "Hoy en día, el granjero o el dueño de un terreno con vacas está sufriendo mucho, tanto en Chile como en el resto del mundo. Primero, porque el consumo de lácteos está bajando. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha reducido un tres por ciento durante el 2015, mientras que las leches vegetales han aumentado un doce. Y en Chile, se están trayendo un montón de leches liofilizadas de Nueva Zelanda, salteándose a los granjeros locales. Lo que nosotros proponemos es pasarse de la industria lechera con vacas a un sistema que se base en plantaciones de vegetales altos en proteínas. Y así el productor no ganaría menos dinero, al contario, podría ganar mucho más. Lo que pasa, es que hay que generar un incentivo para que las empresas alimenticias usen más proteínas de origen vegetal y no animal. Y ahí viene el rol del gobierno: los subsidios que se dan a la industria lechera o ganadera, serían mucho más rentables si se destinaran a plantar vegetales altos en proteína, ya que el productor usaría mucha menos agua, tierra y energía. Hasta ahora, hemos usado las plantas para alimentar a nuestras vacas, para que ellas nos entreguen leche, carne o queso. Pero lo que debería plantearse el gobierno, y todo la industria, es por qué, si existe la posibilidad de sacar esos alimentos a partir de plantas, bypaseando a los animales, no lo hacemos".

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