martes, 28 de marzo de 2017

Magallanes: la "república independiente" que lucha con la lejanía

Magallanes: la

28/03/2017 7:58:02Es la última región del Chile y sus habitantes lo expresan como un orgullo. Se indignan con el centralismo, pero son capaces de recibir con los brazos abiertos a "los del norte". Una experta de la zona y la administradora de la picada magallánica más reconocida del país entregan claves para conocer a su gente.La Región de Magallanes y de la Antártica Chilena es la última del país. Con una extensión de 132.034 kilómetros, es reconocida por la belleza de su paisaje y el espíritu de sus habitantes, quienes señalan que su lucha constante contra "el centralismo y la indiferencia" del resto del país es un complemento para su personalidad "acogedora y diversa". En la semana en que celebraremos el "Día de de las Regiones", SoyChile.cl buscó algunas características de la llamada "República Independiente de Magallanes", la que pese a mostrar con orgullo su bandera (que representa el suelo austral, el cielo azul y la Cruz del Sur), aún lucha para que desde el norte se les respete e integre. "NOS SENTIMOS SOLOS" Si existe un lugar representativo de la zona es el famoso Kiosko Roca, una picada que es reconocida en todo Chile y por los turistas extranjeros que llegan al lugar, especialmente por su tradición gastronómica relacionada con el choripán y la leche con plátano. Paula Abello, administradora del local, dijo que "nosotros nos hemos sentido muy solos, de ahí nace nuestro regionalismo. Nosotros decimos que somos la república independiente. El magallánico en general es una persona súper regionalista. Nosotros no tenemos contacto terrestre con el resto de Chile. Si queremos viajar al norte, por tierra, debemos pasar por Argentina. Irnos por río Gallegos y cruzar por Osorno u otra parte. Siempre hemos estado muy olvidados por el resto de Chile", agregó. Claudia Urzúa, académica de la Universidad de Magallanes e investigadora de temas de identidad local, afirmó que la relación con "el norte" siempre tiene dificultades, especialmente "porque está relacionada con el desarrollo centralista en el que está basado Chile". "En muchas ocasiones las ayudas para la región no llegaban, había problemas con las leyes de tierras rurales, algo muy importante para los magallánicos, ya que se trata de una de sus actividades económicas principales", señaló. Urzúa recordó algunas de las grandes y "transversales" manifestaciones en la región por el alza en el precio del gas por parte del gobierno central, las que en su momento movilizaron a miles de personas. "Aumentar la tarifa tiene un efecto dominó en nuestra economía. Ahí la autoridad debía entender que el precio del gas era un derecho", expresó. La investigadora afirmó que la "indiferencia y el resquemor" han sido parte importante del vínculo magallánico con el resto de Chile. MAGALLANES COSMOPOLITA Pese a estos conflictos, los magallánicos son apuntados como personas "cálidas", que reciben con los brazos abiertos a todos quienes llegan a sus tierras. Abello contó que "somos una ciudad formada por muchas colonias. Muchos inmigrantes croatas, españoles, suizos e italianos. Nosotros tenemos la capacidad de recibir a otras personas, porque nosotros fuimos acogidos. No como en el norte cuando llegan bolivianos, peruanos o personas de otras nacionalidades". Es que la región, uno de los últimos territorios hasta donde llegó el Estado y donde el Estrecho de Magallanes era un paso obligado para las embarcaciones del Atlántico-Pacífico, fue prácticamente colonizada por inmigrantes europeos, lo que se completó con la masiva llegada de chilenos procedentes principalmente de Chiloé, quienes también entregaron su aporte cultural a la zona. "La forma de hablar es bien especial, es muy parecido y muy 'cantadito' como el de los chilotes, pero también marcado por el europeo", explicó Urzúa. Por los pueblos originarios, la académica contó que en la zona vivían algunos pueblos cazadores como los yaganes, tehuelches, alacalufes y onas. Estos últimos, según ella, sufrieron de manera implacable la llegada de los foráneos y se hicieron "incompatibles con el resto de la colonia". Actualmente existen comunidades yaganes, pero ya están en un proceso avanzado de mezcla y transculturalización con el resto de la población. FAMILIA Y ACOGIDA La distancia y el ritmo de vida magallánico, que es mucho más pausado que el del resto del país, es una marca de la personalidad de sus habitantes, la que se distingue del resto de los chilenos. "El contacto con la familia es muy fuerte. Siempre estamos pendiente de los familiares. Los chicos salen a estudiar al norte y después vuelven, por el vínculo que tenemos con nuestra familia. El magallánico, aparte de ser regionalista, es muy familiar. Siempre hacemos asados y los hijos viven cerca de los padres", contó Paula Abello, quien transformó el Kiosko Roca en una franquicia que llegó a Concepción, Viña del Mar, Valparaíso y Santiago, algo que no gustó mucho a los puntarenenses, que sentían que el local les era propio. "Una de las cosas que buscamos cuando iniciamos la franquicia era para agradecer a los magallánicos que no han podido volver a su tierra y quieren comer choripanes. Estas franquicias han sido las embajadas de la región", agregó. Es que el sentido regionalista de los habitantes del extremo sur del país es su característica principal, pero eso no le impide tener una buena relación con quien venga desde afuera. "Acá la gente es muy cálida, te recibe con un asado al palo, con una corvina, y se enoja cuando dices que te vas a ir a un hotel y no a su casa", señaló Claudia Urzúa. Pero el magallánico también tiene sus límites y expresa su molestia cuando algo no le parece. "Enoja mucho que algunas personas lleguen con su prepotencia capitalina. Para venir acá hay que estar abierto a asumir el ritmo propio de la región, que no hay apuros, no hay gritos, no hay bocinazos", advirtió la investigadora regionalista. El extremo austral de país, el que según sus habitantes "es más que las Torres del Paine y no está lleno de pingüinos", seguirá con su orgullo y su bandera, con su amenazante pero legítimo sentido independentista, ya que aún sienten que "para el resto de Chile, Magallanes no es tema".

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