sábado, 8 de julio de 2017

Morder los lápices y las uñas puede desgastar el esmalte dental

Morder los lápices y las uñas puede desgastar el esmalte dental

08/07/2017 8:00:00Los dientes no son tan duros como se piensa y este y otros malos hábitos pueden dañarlos seriamente.Algunas personas, cuando están nerviosas, muerden los lápices o los clips. Se trata de un hábito poco saludable que puede generar el desgaste del esmalte y hasta la fractura de la pieza dental. Tamara de Mayo, médico ortodoncista y directora de la Clínica Ortodontik, explicó que incluso morderse los labios o las uñas puede ser perjudicial. "Es muy importante entender que los dientes no son tan duros como uno piensa y sólo pueden ser usados para masticar alimentos. Cualquier acto que no sea usarlos para esta función puede producir desgaste o fractura del esmalte dental", dijo. Morderse las uñas puede provocar la "deformación de la yema de los dedos y las uñas; y el desgaste o desplazamiento de los dientes que son usados para morderlas". Tan grave es, que "el choque de la dentadura con las uñas hace que se desprendan pequeños prismas del esmalte, creando micro fracturas en los dientes", aseguró. ¿Y qué pasa con los piercings? "Al tenerlos, éstos chocan con el esmalte del diente hasta provocar un desgaste total. Y, si bien, los demás dientes no se dañan, luego de un tiempo se notará la diferencia con los que están cerca del piercing y los que no tienen puestos perforaciones o piercings", dijo la especialista. El uso de mondadientes también queda absolutamente descartado. "Nunca hay que introducir ningún elemento duro entre los dientes, lo recomendable es el uso de seda dental o cepillos Inter proximales que son más suaves y no producen daño entre las encías", enfatizó. También hizo un llamado a cuidar los dientes de los niños desde pequeños, pues "cuando los dientes están en formación, es cuando están más lábiles a los daños que produce la placa bacteriana. Por lo tanto, en los pequeños lo más importante es que se vayan a dormir con los dientes cepillados y enseñarles a no morderse las uñas o cualquier otro objeto". Si el mal hábito es continuo, "puede incluso producir deformación del paladar y cambio en la posición de los dientes de los niños", manifestó.

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