Violencia en el pololeo: 9% de los jóvenes chilenos dijo haber vivido un episodio tipificado como delito

04/07/2017 16:00:24Es decir, hechos que derivaron en lesiones, amenazas o incluso una relación sexual no consentida. En tanto, 32% confesó haber tenido una relación donde había control, invasión y manipulación.La última encuesta aplicada por el Departamento de Apoyo y Acción Comunitaria (DACOM) de la PDI, a través de las 23 Brigadas Investigadoras de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme), reveló que algunos jóvenes admitieron haber vivido episodios de violencia psicológica y también física que derivaron en delitos. Lee también:Conoce los primeros signos de violencia en el pololeo y cómo la familia puede detectarlos. El estudio fue aplicado a nivel nacional a más de 4.700 jóvenes entre los 11 y 17 años que estuvieran en una relación o hayan tenido una. Nació a raíz de charlas en colegios realizadas por la PDI, donde los detectives se percataron que los jóvenes tenían una línea muy poco clara de cómo llevar sus relaciones. Como resultado, se reveló que 9% de los encuestados (428) admitió haber vivido episodios tipificados como delitos, es decir, situaciones que derivaron en lesiones, amenazas e incluso casos de actividad sexual no consentida. Por otro lado, 1.521 jóvenes que representan el 32% señalaron que en su relación estaban viviendo situaciones que con el tiempo se volvían más violentas, como el control, invasión y manipulación por parte de sus pololos (as). Y 2.803 casos, es decir el 59%, declaró no haber vivido violencia. "El 32% es una cifra preocupante, porque nos lleva a pensar que ese grupo es potencialmente está en la antesala de la violencia intrafamiliar. Son muchas las situaciones que no están tipificadas como delitos, pero sí son violentas. Justifican a la otra persona en una lógica mal entendida de lo que es el amor", explicó el subcomisario Herman Melchers del departamento de Apoyo y Acción Comunitario, correspondiente al área de Educación de la Jefatura Nacional de Delitos contra la Familia de la PDI. El subcomisario agregó que los jóvenes tienden a normalizar las situaciones de violencia psicológica y física en el contexto de pareja. Muchos dicen "le aguanto que tenga un exabrupto, porque creo que está justificado, me manipula porque creo que el cariño lo lleva a eso", son algunos de los argumentos. "Eso hace que las relaciones se pongan más violentas y que pueden eventualmente derivar en algo peor", sentenció Melchers. Asimismo, precisó que el estudio indicó que la violencia va en ambos sentidos, tanto para hombres y mujeres. Ahora cuando se habla de víctimas y agresores no se puede caer en "caricaturas", advirtió el subcomisario. En ambos casos, pueden tener diferentes perfiles y contextos influidos por factores familiares, sociales y culturales distintos para cada uno. "Más que buscar perfiles, lo que debemos buscar es que el entorno se empodere, ya sea la familia, compañeros de curso, hermanos o primos, especialmente estos últimos que tienen una relación más horizontal con ellos, para que puedan darle consejos", indicó el subcomisario. La familia en tanto, debe evitar caer en la invasión para que eventualmente los víctimas no se alejen y confíen. Ciertas señales como no contestar el teléfono frente a los padres, demostrar inquietud cuando le llegan notificaciones de redes sociales, y en definitiva "tener el afán de esconder todo tipo de comunicación en la pareja", podrían alertar a los padres de que algo está pasando. Melchers afirmó que la clave para la familia está en la observación. Finalmente, el pilar educativo hace la diferencia y es fundamental para enfrentar este tipo de fenómenos y conseguir revelar conceptos como el consentimiento en una relación sexual. "Los esfuerzos que se pueden hacer en casa y en el colegio van en la línea de educar, más que enfocarnos en el agresor, hay que desnaturalizar la violencia, sacar el vinculo negativo, hacer que los jóvenes logren tener relaciones más sanas", confirmó el subcomisario.