Médico que atendió a Sophia: ?En el consultorio de Alerce me encontré con la peor de las pesadillas?

03/02/2018 9:00:39El especialista contó su testimonio sobre lo ocurrido, asegurando que fue uno de los episodios más violento que ha visto en su carrera. Tras la indignación y el revuelo que ha causado el presunto parricidio de una niña de un año y nueve meses en Puerto Montt, donde su padre se encuentra en prisión preventiva acusado de haberla violado y luego asfixiado, una serie de reacciones ha tenido la opinión público, incluyendo la opinión de personajes nacionales. A esto se sumó el testimonio de Juan Eduardo Donoso, el mismo médico que atendió por primera vez a la pequeña en la unidad de emergencias donde fue llevada por su madre tras lo ocurrido. A través del blog "Supermadre", el especialista dio a conocer sus sentimientos, precisando que "la muerte de Sophia es sólo la punta de un gran iceberg". De esta forma contó como fue ese día donde debió salir en una ambulancia buscar a la niña que estaba siendo reanimada. "Un paro cardiorrespiratorio en niños pequeños no es algo que ocurra todos los días en el contexto de mi trabajo, por lo que siempre se trata de una situación especial. En el consultorio de Alerce me encontré con la peor de las pesadillas: una lactante cruelmente violentada, hasta el punto de causar su muerte", escribió. Asimismo, insistió en que su trabajo le permite ser testigo de millones de niños y niñas que día a día son golpeados y agredidos. "Niños con familia, niños que viven en la calle, niños que son obligados a prostituirse (que en realidad son niños violados), niños del SENAME abusados sexualmente o violentados por sus cuidadores o personas cercanas", dijo. MIRADA DE PADRE "Imaginé las caras de mis hijas en el cuerpo de Sophie y lloré", contó, asegurando que su primer pensamiento fue agredir al culpable "si lo tuviese frente a mí, afortunadamente Carabineros ya lo tenía esposado, lo que me dio cierto alivio", contó. Sin embargo, a pesar del dolor que sintió con el caso, insistió en que la solución no sería la pena de muerte. "Como sociedad no lograremos nada administrándole una inyección letal a un abusador o asesino, pero el estado tendrá que determinar cuáles son las mejores formas de alejar a estas personas del resto de la sociedad", argumentó.