sábado, 16 de junio de 2018

Rafael Garay desde la cárcel: "La culpa te come, la culpa me ha comido"

Rafael Garay desde la cárcel:

16/06/2018 13:10:00El ingeniero comercial imputado por estafa, limpia hoy los papeles con excremento que lanzan otros reos desde las ventanas hacia abajo. En entrevista con Sábado, Garay contó cómo fue su paso por la cárcel de Rumania y su intento de suicidio. Rafael Garay lleva 17 meses preso desde que fue imputado por estafa. Estuvo en una cárcel de Rumania, donde tuvo que "demostrar" que podía defenderse solo, y ahora está en el Anexo Capitán Yáber en Santiago a la espera que su defensa consiga el arresto domiciliario, el cual ya va por su cuarto intento. Tras las rejas conversó con Revista Sábado, donde según él el encuentro con los periodistas le sirvió para "vomitar todo" y decir "cien por ciento la verdad". "La culpa te come, la culpa me ha comido. Por eso he bajado de peso, no porque esté haciendo dieta", afirma. Este hombre que pasó de tener seis Mercedes Benz de $700 millones, ahora tiene un trabajo poco glamoroso siendo reo. Lo que hace se conoce como "línea de fuego", un nombre elegante que se le da para quienes recogen los papeles con excremento que los presos de los otros módulos tiran por las ventanas hacia abajo. Pero eso, no es nada. Afirmó que una de las peores cosas que ha pasado en este proceso fue el arresto domiciliario en Rumania. "Ahí sí que me quería puro matar", recuerda. En la cárcel de ese país las cosas no mejoraron, "eran 24 horas con la luz prendida, 23 horas de encierro de celda, con letrina y comedor. Me hice muy amigo de un compañero que estaba imputado por narcotráfico y crimen organizado internacional y otro que estaba por robo con secuentro", cuenta Garay. Estando allá se sincera y dice que nunca sintió miedo, porque se sentía con la capacidad física de defenderse. En ese contexto, el ingeniero comercial contó un episodio que vivió en la cárcel de allá. "Siempre nos trataban de juntar al menos a quienes hablábamos inglés. Un día llegó un reo que había estado 10 años en cárceles federales y correccionales de Estados Unidos por tráfico de cocaína. Ahí me dijo, 'esta cárcel es ruda, tienes que reducir a otro reo para hacerte un nombre", recuerda. Garay lo hizo. En un traslado de internos chocó a otro compañero de manera intencional. "Era más débil. Estaba desposado y lo asfixié, en el fondo, para demostrar que tenía capacidad para hacer daño físico para advertirle al resto (...) me sacaron de mi celda para hablar con el alcaide". Garay cuenta también que tenía todo pensado para suicidarse el 27 de septiembre allá, simplemente porque hasta ese día tenía pagado el alojamiento. "Era un buen momento para ponerle fin a todo". Cuatro días antes Interpol había emitido la alerta roja para su captura. "La idea de estar en Rumania era para que no me encontr... para que mi pareja no encontrara mi cadáver acá, porque tenía guata visible de embarazo (...) el día del suicidio esta mujer rumana con la que estaba salió. Empecé a llenar jeringas con morfina pero resulta que se devolvió y me pilló con ellas". Una vez más, Garay no consiguió llevar a cabo su intento de suicidio. Ya lo había intentado en Chile, según cuenta. Estando en nuestro país tras las rejas de Cápitan Yáber, dice que ya no piensa en eso y que una vez que comenzó a estar "limpio" por su alcoholismo, esa idea se fue alejando de su mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario