26/04/2016 11:24:00La idea de la primera investigación de este tipo en el país, es identificar factores que mejoren la adaptación y que puedan implicar un crecimiento personal.Durante el año pasado hubo 120 mil separaciones y divorcios en Chile y aún existen aspectos desconocidos sobre el complejo proceso que afecta la calidad de vida de este sector de la población. Es por esto que un grupo de investigadoras de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica del Norte, inició el primer estudio a nivel nacional, que busca dimensionar la realidad que enfrentan cada día aquellas parejas que por distintas razones ya no están juntas. El trabajo incluirá personas separadas y/o divorciadas de Santiago, Antofagasta, Talca y Concepción, con independencia del estado civil previo, ya sea matrimonios o uniones de hecho. "Es el primer estudio a nivel nacional realizado sobre la separación desde una perspectiva sicológica, al identificar factores que se asocian a una mejor adaptación a este evento vital, explorando la posibilidad de que esta experiencia, aunque dolorosa, pueda implicar un crecimiento personal. Nuestro interés es conocer qué factores se asocian a una mejor o peor respuesta frente a una transición de este tipo", señala la experta Mónica Guzmán González. Según un comunicado de la UCN, la investigación aborda en líneas generales los niveles importantes de estrés en aquellas personas que experimentan el proceso de término de una relación, ya sea separación o divorcio. Los especialistas señalan que los protagonistas de estos sucesos se ven desafiados a replantearse su propio proyecto de vida y adaptarse a una serie de cambios a nivel familiar, social, e incluso económico. Para comprender este fenómeno, uno de los marcos conceptuales utilizados en la investigación implica la teoría del apego, pues en ella se sugiere que uno de los elementos más estresantes del divorcio y la separación se encuentra justamente en la pérdida de la relación y que los sentimientos asociados serían similares a los experimentados ante la pérdida de una figura de apego. Lo anterior se asociaría a menores niveles de salud mental y bienestar post separación. La identificación de factores que se asocian a una mejor respuesta a esta realidad podrían ser útiles para elaborar planes de prevención e intervención que favorezcan no solo la reducción del malestar individual de las personas, sino que también faciliten procesos de cambio que redunden en mejores niveles de adaptación de los hombres y mujeres que viven esta experiencia.
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